La suerte del Futbol

Aún cayendo derrotada por 0 a 2, la Deportiva Ponferradina salió ganando del partido de Copa del Rey disputado en El Toralín. El equipo mostró gallardía y técnica y sus aficionados pasión. Que la berciana era una gran afición lo sabíamos quienes seguimos a la SDP; ahora, con la difusión mundial que acompaña siempre al Real Madrid, ya lo saben también los demás. Fue una suerte haber jugado ese partido.

Desde el 2005 la Ponferradina y sus seguidores no pueden quejarse de la fortuna, que les ha sonreído especialmente en tres ocasiones. Tocó vivir dos ascensos a la categoría de plata y después el bombo nos agració con un emparejamiento copero de oro que ha dejado una alegría muy bien repartida. Los que lo vimos fuimos ‘suertudos’ de verdad; pero sin avaricia. Con la entrada los idealistas adquirieron el derecho a soñar y los pragmáticos vieron un sueño hecho realidad. Contemplar a nuestro equipo enfrentado a uno de los más grandes ya es un premio; esperemos que este año sea recordado por la eliminatoria feliz y no por el precio que alcanzaron los billetes en un tiempo de crisis. Los miles de aficionados que compraron la participación en el evento no querían perder la ilusión tanto como aquellos otros que no pagaron más de un décimo de la entrada en un partido disputado la temporada anterior contra otro equipo madrileño. Un partido se jugó un martes y 13 pleno de ilusión; el auténtico gafe fue el día del Rayo Vallecano porque le robaron parte de la ilusión a muchos.

Respecto a la eliminatoria, algunos no ven que la suerte esté echada, si bien se presume que está dormida al reposar en el colchón de los números. Con suerte pasamos la ronda previa para entrar en el siguiente sorteo. Pocos esperaban poder ver a Cristiano Ronaldo en Ponferrada. Hacerles un gol es muy complicado. Y la estadística dice que pasar la eliminatoria sería un milagro. El Real Madrid obtuvo en nuestro país y en los campos europeos una bien merecida vitola de mejor equipo del siglo del siglo XX; sus presupuestos y fichajes tienen más ceros que los marcadores de los equipos contra los que ha jugado este año el Mirandés; sus jugadores se reclutan desde el ‘firmamento’; y su entrenador -por cierto muy cortés y educado en su visita a El Bierzo- sabe que ganando de nuevo la Copa algunos darían por justificada toda una temporada.

Quizá hubiese más opciones de éxito si en vez de fútbol la eliminatoria se resolviese en base a otras competiciones no homologadas. Se nos ocurren varias pruebas o concursos: que Ronaldo y Doménech lancen diez faltas para ver quien tiene más puntería; que se comparen los goles que Di María hiciera en una temporada en 3ª División con los que Borja Valle haría en 1ª; que se midan los kilómetros recorridos por Khedira o J. Ruiz en un partido; y tal vez podrían hacer un concurso “de mates” el portugués Pepe y el nuestro, aunque sería mejor que participara el todavía más nuestro José Antonio Soto.

En suma, son minúsculas las posibilidades de la Ponferradina en el santuario futbolístico de la Castellana. Pero ya que visitamos el casino glamouroso del Bernabéu de nombre Santiago (¡Y cierra España!), habrá que dejarse persuadir por la ilusión que dan la esperanza y la creencia ciega. Tenemos el resto de la temporada para participar en los “juegos reunidos” de la 2ªB así que no pasa nada por jugar a lo grande unas horas. Como el caso es pasar, habrá que pasárselo de vicio: si Yuri o Máyor logran hacer “bingol” habrá que cantarlo con ganas en la movida noche madrileña; si no, por lo menos habrá que cantar “línea” cada vez que pasemos el centro del campo. Y cuando el árbitro diga “¡No va más!” al menos que haya salud y saludos para jugadores y afición, unidos fraternalmente en estas fechas tan señaladas. Y es que, más tarde, el calvo de la suerte igual deja en Ponferrada otro premio gordo de la lotería o un nuevo ascenso a 2ª División. Total, el dinero no da la felicidad. La da el fútbol.

ROCA